Este proyecto habla sobre la relación entre el cuerpo y la comida. La gula para mí es comer en exceso, seguir comiendo aun cuando ya se está satisfecho. Es sumirse en un placer en el que perdemos la noción de los límites de nuestro cuerpo y lo obligamos a ingerir y procesar alimentos más allá de sus capacidades. Luego ese exceso de comida se transforma en nuestro cuerpo mismo: un cuerpo excesivo.

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Por eso aquí busco eliminar la línea que divide al cuerpo de la comida en imágenes que los vuelven la misma cosa, así como resaltar los excesos como algo memorable. Uno ya no come por mera necesidad fisiológica. Hay quienes comemos por estrés, por ansiedad, por soledad, por ocio, por miedo, por nervios y hay quienes, simple y sencillamente porque nos gusta. Porque comer es un placer, se siente bien.

 

Dicen que somos lo que comemos. Tal vez es verdad. Quizá es más cierto de lo queremos admitir. Porque todos los excesos hacen daño, pero a veces estamos dispuestos a pagar el precio con tal de obtener el placer.